La lenta reconstrucción de la provincia de Pisco motivó una movilización liderada por los mismos damnificados que, pese al tiempo transcurrido, sienten que la reconstrucción no se ha llevado a cabo en su totalidad. Armados de cacerolas, algunos tomaron la carretera Panamericana Sur para conmemorar un año más del fatídico terremoto que dejó más de trescientos muertos. Pese a que la marcha tuvo una convocatoria pacifica, algunos comercios resultaron dañados tras ser obligados a cerrar: de igual manera resultaron afectados automóviles y mototaxis. A fin de evitar contratiempos, la Gobernadora de Pisco realizó unas coordinaciones con el primer ministro para conformar una posterior Mesa de Diálogo con los miembros de la Coordinadora de Lucha Provincial de Pisco y atender la reconstrucción de la ciudad.